
No son proliferativas, sino degenerativas, pero también son células anormales y hay la sospecha de que también se ‘esconden’ del sistema inmune”, explicó Serrano. En el congreso, los investigadores se enfocaron en enfermedades vinculadas al envejecimiento, como el Alzheimer o la fibrosis pulmonar, patologías donde las primeras investigaciones ya dieron sus frutos. Las hipótesis que manejan apuntan a dos bandas: o bien las células dañadas logran escaparse del sistema inmune, como sucede con las tumorales, o bien los linfocitos, por la edad, están más atrofiados y son incapaces de detectar con precisión las amenazas.
En cualquier caso, el factor edad también influye en el riesgo de cáncer. “Pero hay una diferencia importante -señaló Serrano-. "Las células aberrantes del cáncer tienen mutaciones; las de la enfermedad degenerativa, en cambio, no las tienen. Pero el sistema inmune no sólo reconoce mutaciones, sino también proteínas que tenemos silenciadas en el organismo". El investigador ICREA trabaja en el estudio de las llamadas células senescentes. Esto es, células dañadas que el organismo debería haber eliminado pero, por alguna razón, siguen ahí. El fallo, para Serrano, está en el sistema inmune, que no está haciendo su papel.
Fuente: Infobae
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